Wotaku ni Koi wa Muzukashi

Narumi es una oficinista que adora el manga, los juegos otome, los idols… lo que la convierte en una fujoshi bastante dedicada. Suele ocultar ese lado suyo porque ha tenido malas experiencias —parejas que no entienden sus gustos o la juzgan por ellos—, así que intenta mantenerlo “bajo perfil” en el trabajo. Cuando cambia de empleo, ve que un viejo amigo de la infancia, Hirotaka, también trabaja ahí. Él es igual de otaku, pero con los videojuegos; no tiene problema en mostrarlo, aunque le cuesta expresar algunas emociones.

Se reencuentran y deciden empezar una relación romántica. No es algo explosivo o idealizado: su relación crece en la cotidianidad, con inseguridades, malentendidos, momentos de vergüenza, celos leves y las dificultades típicas de ser adulto que además tiene aficiones “frikis”. Rodeados de amigos y compañeros que también comparten gustos parecidos —cosplay, videojuegos, manga—, el anime/serie reflexiona sobre lo que significa aceptar lo que uno es, ser auténtico, y cómo las relaciones se construyen cuando ambas personas entienden y soportan lo diferente del otro.

Finalmente, Wotakoi no va solo de romance: es sobre amistad, identidad, aceptación mutua, y de cómo el amor puede funcionar cuando los involucrados no tienen que fingir quien no son.