Soy gran fan del fútbol desde pequeña. Uno de mis pasatiempos favoritos (cuando se puede) es ir al estadio para poder disfrutar de los partidos en vivo y en directo. Además, he estado vinculada, en primera fila, al fútbol de menores de mi país, y siempre me ha molestado la manera en que se trabaja con los niños. Un trabajo mal enfocado en el que privilegian favoritismos sobre capacidad talento y disciplina.
Los resultados de estas acciones ya los estamos pagando caro, al tener cada vez menos canteras y menor calidad de jugadores en los equipos profesionales. El número de nuevos jugadores que suben a profesional con menos de 20 años es cada vez menor. Pero... bueno, este es un tema que cuenta con demasiadas aristas y este no es el espacio para discutirlo.
Además, como ya he comentado en otras oportunidades, soy una gran fan de los manga de temática deportiva, así que cuando leí el primer tomo de Blue Lock quedé impactada por la manera de afrontar su problemática con una propuesta de solución bastante radical. Con el avance de la historia (Voy por el tomo 16) me quedo con la esencia de todo: Para mejorar, nuestro peor enemigo es la confianza y el conformismo. Debemos aprender a construir y destruir sobre la base de lo aprendido.
Lo mostrado por Japón en el último mundial de fútbol es claramente una muestra de cómo ellos vienen trabajando hoy con este enfoque. Tienen objetivos de largo plazo y están realmente enfocados en ello.
También deberíamos adoptar esta forma de pensar si buscamos mejorar en los siguientes años. Pero en lo que respecta a Blue Lock, estoy impaciente por ver cómo es que logran terminar de desarrollar los talentos individuales de sus protagonistas y al mismo tiempo lograr integrarlos para armar un verdadero equipo.
Comentários